Hace ahora ya diez años inauguraba este espacio primero ligado a la web de ERAIN, y que en un tiempo convertí en un blog personal.
En todo este tiempo transcurrido siento que he ido evolucionando, conjuntamente con compañeros y compañeras, en una comprensión cada vez más social, más política del quehacer psicoterapeútico.
Percibo cómo a mi alrededor, en relación a la psicoterapia aparece, no exenta de cierta violencia, una preocupación (por otro lado legítima) en torno a la cientificidad de la psicología, entre otras cosas, para hacer frente a la pseudoterapias, entre las cuales ha sido incluida la Terapia Gestalt, dicho sea de paso.
Sin querer entrar, por ahora, en este interesante debate, debo decir que, en contraste con esta percepción, mi experiencia tiene más que ver con el aumento de mi consciencia en torno a cómo somos atrevesadas las personas por las diferentes problemáticas, tensiones, categorías, culturas… que se nutren de lo social.
En este sentido, cada vez veo con más claridad la necesidad de que el cuerpo de terapeutas de cuenta del sufrimiento social (en palabras de Emmanuel Renault, un fabuloso artículo que podéis leer aquí) situado en cada persona con la que trabajamos, empezando desde nosotros/as mismos/as… dentro del necesario trabajo personal para el ejercicio profesional.
Es por eso que, a modo de celebración re-nombro este pequeño espacio virtual como «gestaltsocial» subrayando este devenir hacia lo social en mi trabajo, que de algún modo ha ido impregnando mi trabajo (y alguna que otra cosa que he ido escribiendo por aquí).
Por otro lado, me parecía bonito simbolizar esta década de blog con el cambio de década… entramos en la tercera de este siglo XXI en un momento (en el que escribo estas líneas) en plena revolución feminista, con el estallido de numerosas protestas en diferentes países… Pienso en Francia, Chile, Cataluña, Bolivia, Colombia, Irak, Líbano… donde son expresados numerosos malestares acumulados en la población civil tras años de neoliberalismo desbocado.
Siento como un profundo malestar en la forma en que nos vemos arrojados/as a vivir. Con un planeta al borde del colapso, el auge de los fascismos, la plaga de los (mal llamados) trastornos de ansiedad, en este tiempo acelerado y desnortado que experimentamos, en la profunda soledad que nos atraviesa… es tiempo, creo, de retomar la con(s)ciencia política de las prácticas terapeúticas y sociales, para colocarlas en el lugar que corresponde a toda práctica personal, que por serlo, se convierte en política.
Así, desde este lugar, con esta narración celebrativa, os doy la bienvenida a esta nueva etapa del blog… podéis descalzaros, acomodaros en el sofá, y con mucha calma trastear por esta humilde casa, que vuelve a abrir sus puertas tras una breve reforma.
Ongi Etorri.
Iñaki.