LAS EMOCIONES: UNA GUÍA PARA EL VIAJE.

Las emociones: un mapa.
Somos seres emocionales. Nuestras emociones son, por un lado, el motor de nuestro funcionamiento, así como las gafas mediante las que percibimos nuestra realidad.
Posiblemente los aprendizajes más importantes de nuestras vidas han tenido que ver con nuestras emociones; con todo aquello que hemos vivido, y sobre todo, con qué hemos hecho con aquello que experimentamos.
Por eso es tan importante que hagamos una reflexión sobre cómo nos relacionamos con los demás a nivel emocional, porque tal y como nos manejemos con ellas, así se nos moveremos en la vida.
Con relación a nuestros hijos e hijas, educamos en cómo vivir las emociones principalmente a través de cómo vivimos las nuestras, de hecho podemos hablar de un determinado estilo emocional que transmitimos , a modo de «mapa” afectivo, que vendría a ser la base sobre la que irán construyendo su personalidad.
Vamos a partir de la siguiente hipótesis: si una persona sabe manejarse adecuadamente con sus emociones, esto es, reconocerlas, expresarlas y darles respuesta, sin duda aumenta la probabilidad de vivir una vida más feliz.

La educación emocional: una guía.
Si, como hemos dicho, la ecuación emocional tiene tanto que ver con la manera que nuestros hijos e hijas vivan su vida, ¿de qué manera podemos ayudarles a manejarse con lo que sienten?¿cómo prepararles para este viaje?
Vamos a tomar como guía una propuesta prestada de la psicoterapia Gestalt, que nos ayude en el camino. Según Perls, Hefferline y Goodman existen varias fases dentro de cómo nos relacionamos con el entorno:

En la sensación la persona es sacada de su reposo porque siente «algo» difuso, que todavía no puede definir. Puede sentir, por ejemplo, movimientos peristálticos en su estómago, o cierta actividad motora involuntaria.
En este fase la habilidad personal para trabajar sería la de estar conectados con las sensaciones corporales y conocerlas, por ejemplo, mediante algunas preguntas como estas: ¿Cómo sientes tus emociones básicas: amor, ira, miedo, tristeza, alegría,…? ¿En qué parte de tu cuerpo las sientes? ¿Puedes relacionar la sensación con un color o una forma?

En el darse cuenta, la sensación se identifica como una necesidad específica (en los ejemplos anteriores, como hambre o como ansiedad, respectivamente) y se identifica también aquello que la satisface: se delimita cierta porción de la realidad que adquiere un sentido vital.
En esta fase la habilidad sería la de poner nombre a la sensación: preguntar algo así como: ¿Qué emoción es la que más habitualmente sientes? ¿Qué piensas cuando sientes…?
A través de dinámicas como el teatro, los títeres o mediante el dibujo podemos acercarnos a lo que la persona siente, analizando lo que se pone en boca de cada personaje, cómo dibuja, los colores que elige…

En la fase de energetización se reúne la fuerza o concentración necesaria para llevar a cabo lo que la necesidad le demanda para pasar a la acción, donde se encamina activamente al logro de lo que desea.
Superar sanamente esta fase implica centrarse en el cómo se hace, es decir: de qué manera es manifestada la emoción, si es congruente con lo que la provoca, si es inhibida, si siempre es manifestada de la misma manera sin discriminar lugares…
En este sentido sería bueno ayudar a saber qué pasa cuando se expresa una emoción determinada…, o qué consecuencias tiene su expresión para uno mismo y para los demás…

En la etapa final, el contacto, se produce la conjunción de la persona con el objeto de la necesidad; y, en consecuencia, se satisface la misma.

Escucha empática y clima emocional: dos brújulas.
Hay un par de claves importantes que complementan la guía de viaje a modo de brújulas: una es la escucha empática, que comienza en nuestro propio mundo emocional, para terminar en el de nuestros hijos e hijas, ya que sin escucharnos a nosotros mismos no podemos escuchar a las demás personas. La escucha empática implica, para que se pueda producir, un determinado
“clima emocional” en la familia, que facilite el contacto, la discriminación y la expresión de las emociones en nuestros hijos e hijas.

Iñaki García Maza. Psicólogo y psicoterapeuta gestalt.

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